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La mortalidad en Talavera de la Reina durante la Guerra Civil española

(Fragmento de la publicación original en Revista Cuaderna 2008-2009).

Resumen: la mortalidad durante la Guerra Civil es un tema todavía muy poco estudiado, fundamentalmente en los aspectos de la represión franquista y las víctimas del conflicto bélico. En el presente trabajo se describe el impacto de la Guerra Civil en Talavera de la Reina, analizando la mortalidad por diferentes causas (represión republicana y franquista, así como por causas médicas y externas directamente relacionadas con el conflicto). Se analizan igualmente los resultados por grupos de edad, sexo, profesión y lugar de nacimiento y residencia (prisión), todo ello basado en el análisis de diversas fuentes de información, incluyendo las inscripciones fuera de plazo realizadas en el Registro Civil. En total se han identificado 1.681 víctimas, en su gran mayoría varones jóvenes. La distribución por las diferentes características varía en función de la causa de muerte.

Al cumplirse 70 años del final de la Gue- rra Civil (GC) sigue sin haberse podido cuantificar con precisión la huella demográfica de la misma en la sociedad española. La parte vencedora pudo escenificar exhaustivamente en la Causa General el impacto que la represión republicana tuvo sobre las filas derechistas1: ensalzar sus víctimas y perpetuar su memoria esculpiendo sus nombres en las paredes de las iglesias, en múltiples monumentos y en sucesivos y periódicos homenajes. Sin embargo, las víctimas republicanas, mucho más numerosas, no solamente no pudieron ser honradas por sus familias y por la sociedad, sino que en un número indeterminado, pero sin duda muy importante, siguen sin haber sido identificadas permaneciendo en fosas comunes, con ubicación conocida o no. La aprobación de la Ley de Memoria Histórica y el movimiento político y social que le ha precedido y que se ha mantenido posteriormente, debe servir para exponer a la opinión pública la trascendencia que tuvo la represión franquista. Por otro lado, el importante número de víctimas originado por las operaciones militares, ya sea directamente entre la tropa o en población civil, presenta igualmente lagunas en su conocimiento, tanto en cuanto al número como en sus características demográficas, fruto de las circunstancias extraordinarias que las motivaron, por lo que la profundización en estos aspectos siempre aporta información relevante.

En 1977 el militar franquista Ramón Salas Larrazábal cifró en 72.344 las víctimas mortales habidas en la zona gubernamental y en 57.662 las producidas en la franquista. Pero en la actualidad, nuevas investigaciones, muchas de ellas de carácter local o provincial, realizadas sobre este asunto, han variado las cifras de manera considerable, situándose hoy las víctimas de la represión republicana en alrededor de 50.000, mientras que las producidas por la represión franquista ascienden a 90.000, a las que hay que sumar las más de 40.000 ejecuciones de posguerra. Estas estimaciones siguen sometidas a periódicas revisiones, pues si las víctimas producidas por el bando republicano están por lo general bien identificadas, no ocurre lo mismo con las ocasionadas por los sublevados contra la legalidad republicana, que todavía hoy resultan difíciles de cuantificar.

La enorme desproporción en el número de víctimas se debe al diferente carácter que tuvieron la represión republicana y la franquista. La primera fue llevada a cabo por milicianos que actuaban al margen de las disposiciones emitidas por el Gobierno republicano. Así, el 28 de julio de 1936, José Vega López, Gobernador Civil de Toledo mandó una circular a todos los pueblos de la provincia en la que se pedía que “los leales milicianos del pueblo” no se mezclasen con “elementos indeseables siempre dispuestos a dedicarse al pillaje y a cometer toda clase de excesos infiltrados en sus filas”. También afirmaba el máximo representante del Gobierno en la provincia que estaba dispuesto a impedir por cualquier medio la actuación de esos elementos indeseables, para lo que había acordado “Que todos aquellos que perteneciendo o no a una Entidad política atenten contra la vida de las personas o sean sorprendidos cometiendo robos, provocando incendios o realizando cualquier otro acto de pillaje en el territorio de esta provincia, serán considerados como enemigos de la República y sancionados inmediatamente con la máxima pena”. El Gobernador Civil le pedía al alcalde talaverano que por los medios más rápidos que tuviese a su alcance difundiese el contenido del telegrama para conocimiento del vecindario en general. Debía trasmitirlo asimismo a los alcaldes de los pueblos limítrofes que careciesen de telégrafo o teléfono2, orden que el alcalde cumplió con urgencia3. Por lo tanto, esta violencia inicial se hizo al margen de las autoridades republicanas, que fueron desborda- das por completo.

Muy distinta es la naturaleza de la represión franquista, utilizada con enorme profusión y de manera sistemática contra la población civil desde el mismo instante del levantamiento armado contra la República. Esta represión respondía a una política premeditada de terror y exterminio que seguía el guion escrito por el general Emilio Mola, verdadero cerebro del golpe de Estado, que en sus Instrucciones Reservadas número 1, enviadas el 25 de mayo de 1936 a los militares conspiradores, pedía que se actuase con rapidez y extremada violencia contra aquellos que fuesen simpatizantes del Frente Popular. Buena prueba de que la represión franquista estaba organizada con premeditación y alevosía por los principales mandos militares es que el 17 de julio, cuando todavía no se había producido en la península la sublevación militar, fueron asesinadas en localidades del norte de África un total de 189 personas, por el mero hecho de mantenerse fieles al Gobierno de España4.

Con ello se ponía de manifiesto el carácter sanguinario del golpe y que la cosa iba muy en serio, sin marcha atrás posible. Para que no hubiese ninguna duda en este sentido, Franco le manifestó el 28 de julio de 1936 al periodista norteamericano Jay Allen, del Chicago Daily Tribune, que estaba dispuesto a acabar con la mitad de los españoles si ello era necesario para pacificar el país5. Para el dictador había que aniquilar a los adversarios políticos, llegando a afirmar que “con los enemigos de la verdad” no se traficaba, sino que simplemente se les destruía.

En esta misma línea se inscriben las declaraciones realizadas por el capitán Gonzalo de Aguilera, conde de Alba de Yeltes, al periodista norteamericano John T. Whitaker, de The New York Herald Tribune, a quien le dijo que había que “matar, matar y matar” a todos los rojos, para extirpar el virus bolchevique y librar a España de “ratas y piojos”. Según este terrateniente había que eliminar a un tercio de la población masculina, de esa forma se acabaría con el problema del paro obrero y con el peligro que para las clases dominantes representaba un proletariado cada más concienciado y reivindicativo6.

En cuanto a las víctimas ocasionadas por la represión republicana en la provincia de Toledo, según informes del fiscal instructor de la Causa General ascendieron a 4.5277, aunque esta cifra debe ser revisada a la baja, pues algunas localidades duplican el número de víctimas, ya que fueron contabilizadas en el municipio de donde eran naturales y también en el que fueron ejecutadas. Un número similar alcanza el de las víctimas de la represión franquista, que en la actualidad ascienden a 4.366, pero cuya tendencia, a medida que se desarrollan nuevas investigaciones sobre este particular va en aumento.

En este sentido, el presente trabajo pretende contribuir al mejor conocimiento de la situación en la ciudad de Talavera de la Reina y su entorno, analizando las muertes relacionadas directamente con la GC, clasificadas en los siguientes grupos, según su origen: actos bélicos directos (Causas externas, CE)8; causa médica (CM)9; represión republicana (RR); represión franquista (RF)10; ejecutados por los franquistas (EF)11; finalmente queda un colectivo de fallecidos en relación con la GC de adscripción dudosa a cada una de las categorías anteriores (D).

Igualmente se presentan las defunciones generadas en Talavera de la Reina directamente relacionadas con la GC, exponiendo su distribución por sexo, edad, profesión, año, lugar de nacimiento y causa. El hecho de utilizar como punto de partida el Registro Civil de Talavera de la Reina y en deter- minados casos el lugar de defunción12, se corresponde con los usos habituales de la estadística oficial española, aunque se describe la situación también en función del lugar de nacimiento para facilitar la identificación de las víctimas. El lugar de residencia y el de defunción, igualmente disponibles, no se utilizan por dos motivos: una mayor posibilidad de sesgos, al señalarse como tal Talavera de la Reina, cuando la residencia o defunción en la misma es circunstancial, unido al hecho de que aparezca sin cumplimentar la residencia con mucha mayor frecuencia que el lugar de nacimiento.

Referencias

  1. En el artículo utilizaremos la expresión “represión republicana” para referirnos a los asesinatos que diferentes grupos enmarcados dentro de la etiqueta republicana produjeron sobre colectivos conservadores; “represión franquista” hará referencia a la generada por el bando vencedor en la guerra.
  2. Este texto fue publicado en el BoletínOficialdelaProvinciadeToledodel 31 de julio de 1936.
  3. El alcalde talaverano envió el contenido de este telegrama a los alcaldes de la zona (AMT. Correspondencia. Co- municación al alcalde de Segurilla informándole de que no se cometiesen desmanes, robos o atentados, 29 de julio de 1936).
  4. CASANOVA, JULIÁN (2002).
  5. JULIÁ, SANTOS (1999).
  6. WHITAKER, JOHN T (1943).
  1. SABÍN RODRÍGUEZ, JOSÉ MANUEL (1996).
  2. Se engloban aquí las muertes producidas por bombas, tiroteos, traumatismos, ahogamientos, destrozos, etc, afec- tando tanto a los militares como a la población civil.
  3. Enfermedades orgánicas o mentales que afectan tanto a militares como a reclusos. 10 Personas asesinadas por los franquistas sin juicio previo.
  1. Personas ejecutadas tras un juicio previo, aún cuando fuera de dudosa garantía.
  2. Cuando no se conoce la inscripción de la defunción en una oficina del Registro Civil.
  3. De las 1.681 defunciones identificadas relacionadas con la Guerra Civil en Talavera de la Reina 1.611 (95.8%) se encuentran inscritas en el Registro Civil de la ciudad, si bien un porcentaje superior al 10% han sido encontra- das como inscripciones fuera de plazo, habiéndose revisado el período 1936-2008. Las inscripciones fuera de plazo aparecen en un número significativo en los años siguientes al término de la guerra y, especialmente, en los primeros años de la década de los 80. Este hecho aconseja que en estudios similares en otro ámbito territo- rial se contemple el estudio de las inscripciones fuera de plazo.

Autores Juan Atenza Fernández y Benito Díaz en Revista Cuaderna nº 16-17 (2008-2009)

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