BELLO, Luis

(En Política Nº 10, Abril-Mayo 1994).  Por José Esteban

[Alba de Tormes (Salamanca), 1872-Madrid, 1935]

Nacido el mismo año que Baroja, a Luis Bello (Alba de Tormes. 1872) se le ha encasillado como un miembro menor de la llamada generación del 98. Sin embargo, su actividad literaria y periodística coexistió con la de los integrantes de la llamada generación del 14 (Ortega; Azaña, Ciges Aparicio...etc.).

Pero tanto en un caso como en otro. Luis Bello, hoy olvidado, fue uno de los periodistas más populares que ha dado España.

Abogado en el despacho del conocido político Canalejas, inició su verdadera vocación, la periodística, en el "El Heraldo de Madrid", redactando los extractos de las sesiones del Congreso. Pasó después a "El Imparcial" e ingresó más tarde en la redacción de "España", terminando esta su primera etapa en el mundo de la prensa con la fundación de "La Crítica", marchó a París como corresponsal y fue durante su estancia en la capital francesa donde escribió su primer libro, "El tributo a París".

De regreso a Madrid, vuelve a colaborar en "El Imparcial", dirigiendo sus famosos "Lunes", escribe para "El Mundo" y "El Radical" y funda la revista "Europa". Dirigió después "El Liberal de Bilbao", pasando finalmente a las filas de "El Sol", donde realizó su gran obra. Obra que le valió la admiración de España entera: su campaña en pro de la escuela nacional.

Durante algunos años, solo o acompañado de algunos amigos. Luis Bello visitó las escuelas de casi toda España: conversó con maestros. alumnos, autoridades y hombres de pueblo, y sus artículos, resultado de estas visitas, despertaron la admiración y el interés de las gentes. Artículos que constituyeron durante muchos meses la nota más interesante, más viva. más esperanzadora de la vida nacional. El Magisterio español tuvo en él uno de sus más ilustres defensores. Los niños españoles pueden asimismo. considerarlo como el primero de sus protectores.

El 23 de marzo de 1928, cuando las visitas a las escuelas habían aparecido recogidas en tres tomos. Luis Aranquistain publicaba en las páginas de "El Sol" un gran artículo pidiendo un homenaje nacional para Luis Bello, Al poco tiempo toda la nación se sumaba. Con pequeñas aportaciones se reunieron más de 100.000 pesetas. El objetivo era comprar una casa para el ilustre escritor. España entera lo convirtió pronto en realidad.

Acostumbrados a la mediocridad admirativa de estos días, no podemos comprender lo que fueron aquellas explosiones de auténtica popularidad, Fue un movimiento de admiración a una obra de carácter nacional al que se sumó toda la "España liberal" y "Viva".

Finalizaron los días de la dictadura del general Primo de Rivera y España estallaba en ansias de renovación de los auténticos valores nacionales. Luis Bello, desde las páginas de aquel inolvidable diario, se convirtió en adalid e intérprete de las ansias nacionales.
Sus crónicas de aquellos meses constituyen una antología esencial de lo que debe ser el verdadero trabajo periodístico,

Al proclamarse la segunda República. Luis Bello fue elegido diputado para las Cortes Constituyentes, formando parte de la comisión que redactó el texto constitucional. Presidio también la Comisión del Estatuto para Cataluña.

Durante el bienio izquierdista dirigió el diario republicano "Luz" y siguió colaborando en "El Sol". Después de la revolución de octubre de 1934. Fue encarcelado, junto a Azaña. en Barcelona. Una vez liberado. fundó el semanario"Política" convertido más adelante en diario.

La muerte le sobrevino en Madrid, tras una corta enfermedad, siendo diputado a Cortes por Lérida. Era el 6 de noviembre de 1935.

Como escritor deja obras tan relevantes como la citada "El tributo a París", "Ensayos e imaginaciones sobre Madrid", "Una mina en la Puerta del Sol" y la novela "El corazón de Jesús". Además, miles de artículos y, sobre todo, su monumental obra "Viaje por las escuelas de España", recopilación de sus artículos en el "El Sol" y que fue prologada por Azorín con el título de "Un misionero".

Los cuatro volúmenes de que consta "El Viaje por las escuelas de España", comprenden escuelas de comarcas de la sierra de Madrid, Toledo, Asturias, Soria, Extremadura, Andalucía y una excursión breve en tierras de Portugal. Las crónicas referentes a Galicia fueron recogidas en 1973, y quedan por recopilar en volúmenes las dedicadas a Cataluña y Andorra.

Inspirado en los libros de viajes del siglo XVIII (Villanueva y Pons, en busca de noticias literarias y artísticas), "Viaje por las Escuelas de España" es una estremecedora llamada a la conciencia nacional; un deseo de poner en marcha las fuentes de nuestra prosperidad interior.
Tal y como escribió Azorín: "un periodista ha logrado el milagro de que España piense en sí misma, de que los españoles se preocupen más de lo transcendental, de lo más sagrado: del porvenir de las inteligencias infantiles. La patria son los niños. y Luis Bello ha hecho más por la patria, está haciendo más por España que quienes pronuncian en un Parlamento centenares y centenares de discursos". Era en el tomo III, dedicado a las escuelas extremeñas.

Como su amigo Valle-Inclán, como Machado, como Cernuda y más recientemente Bergamín. Luis Bello murió pobre, y siguiendo el destino de tantos escritores españoles. su nombre ha caído en el más injusto de los olvidos.

En vida se le comparó a Don Quijote, y muy pocos escritores que hayan gastado sus mejores energías en la hoja diaria gozaron de tanta popularidad y adhesión, "¡Triste sino el de una España que ha podido y puede olvidar tantas cosas!"