LIÓN DEPETRE, José

(En Política, Nº 68. Octubre-diciembre, 2017). Por José Esteban

[Valladolid, 1893-Alcalá de Henares, 1976]

Nacido en Valladolid, pero hijo de franceses instalados en España para construir el ferrocarril. Pertenecía, pues, a la reducida colonia gala -al igual que la familia del escritor Miguel Delibes-asentada en la ciudad castellana. Tras estudiar Derecho y cumplir su servicio militar como alférez de complemento de Administración militar, ingresó en la carrera Diplomática en 1922. Su primer destino fuera de España, fue en Buenos Aires y en calidad de secretario de tercera, a las órdenes del entonces embajador el escritor Ramiro de Maeztu. Le siguen luego destinos en Amberes, como vicecónsul, Brasil, como cónsul, y Bulgaria. En plena República y tras su relación jurada de adhesión a la misma, alcanzó la cúspide de su carrera al ser nombrado agregado comercial en México, Centroamérica y Panamá con sede en México capital donde le sorprende el estallido de la Guerra Civil. "Hasta el 18dejuliode 1936, José Lion-Depetre tenía ante sí una posición brillante y un futuro esperanzador; estaba en posesión ya de dos condecoraciones diplomáticas; había visitado todos los países americanos -excepto Perú y Ecuador- de los cuales tenía un profundo conocimiento y era altamente considerado por su capacidad de trabajo, domino de idiomas y cultura". (Luis Arias González, La tragedia de Méjico, Barcelona, León, 2009). La contienda truncará este panorama halagüeño. Su familia, como tantas otras sufrirá los efectos de la Guerra: Uno de sus hermanos, que vivía en La Coruña se ve obligado a huir y un sobrino, Catedrático de la Universidad de Granada, es fusilado con García Lorca. Tras reafirmar su fidelidad, continúa en la Embajada, colaborando activamente con el embajador Gordón Ordás (1). Permaneció, pues, fiel a la República (2), y ya antes de terminar la guerra fue catalogado como "muy rojo", "no adherido" y acusado de "colaboración activa con el gobierno marxista", lo que supuso su expulsión definitiva del Cuerpo Diplomático el 2 de noviembre de 1940. Pierde así su principal fuente de ingresos y al no pertenecer a ningún partido político ni sindicato, no pudo percibir ninguna ayuda de la JARE o de la SERE (3). "No he pertenecido nunca a ningún partido político ni he formado parte de sociedades secretas de cualquier índole" (4). Se dedica así a múltiples actividades, como la traducción y a escribir sobre derecho diplomático. Escritor por vocación, colabora en El Universal de México y publica su único libro de poemas. Rebeldías (México, 1937). Previamente, y antes de su llegada a México había publicado dos novelas Las confesiones de Cayac-Hamauaca (Madrid, 1931) y Yo leproso (5). (Madrid, 1932).

En el año 1946, viaja a París como "Ministro plenipotencia­rio" del gobierno de la República en el exilio, con el propósito de lograr la ayuda de los aliados para derribar el régimen fran­quista. Sin ningún éxito, como sabemos. Es entonces cuando recibe el encargo del general Jacobo Arbenz, para colaborar con él en Guatemala. Creó el Insti­tuto Diplomático Consular del que fue director, y allí realizó un activo papel del conferenciante y dinamizador cultural (6).

Vuelto a México, vive una situación de aislamiento social (7) lo que le hace decantarse por la vuelta a España. Su libro más polémico, fue La tragedia de México, aparecido en 1954, que levantó iras y adhesiones al compás. Su prologuista lo explicaba así: "Quien se decida a leer la elegante y cuidada prosa de "La tragedia...., verá que resulta imposible quedar indiferente ante sus páginas; puede que a veces sus juicios nos lleguen a irritar profundamente o choquen con nuestra mentalidad presente tan conformada -o deformada- por lo "políticamente correcto ", pero, ciertamente, jamás nos defraudarán o nos sumirán en el aburrimiento, lo cual no es poco", (Luis Arias González).

Su regreso se produjo al socaire del indulto de 1952, año del Congreso Eucarístico de Barcelona, pero su petición de reingreso quedará en suspenso hasta su resolución en 1974. En Madrid colaboró como investigador al servicio directo del Marqués de Santa Cruz -subsecretario de Asuntos Exteriores-ai que propuso la redacción de un Retablo de Diplomáticos Españoles, que nunca apareció, y realizó estudios sobre la situación jurídica de Gibraltar y la interpretación del tratado de Utrecht, que fueron la base histórico-jurídica de la defensa de su devolución hecha en la ONU por el ministro Castiella en 1957. La realidad es que a sus 67 años tuvo que recurrir al pluriempleo: editó folletos preparatorios de oposiciones, intentó, con escaso éxito, relanzar sus anteriores novelas y colaboró en diferentes diarios, con temas sobre todo de temática mexicana. Falleció en 1976, un año y un mes más tarde que el dictador, fiel a sus sentimientos republicanos.

NOTAS:

(l).- En esle destino tluvo como embajadores a Julio Álvarez del Vayo. sustituido en el bienio radical-cedista por el controvertido Emiliano Iglesias, protegido de Lerroux, y iras el triunfo del Frente Popular por el radical socialista leonés Félix Gordón Ordás.

(2).- No todos los diplomáticos españoles se unieron al bando nacional "traicionando a la República", como generalizó Juan Simeón Vidarte (Todos fuimos culpables. Testimonio de un socialista español. Barcelona, 1977). Algo más del 10% de los diplomáticos profesionales unió su suerte con la de la República. Por citar algunos, y sin carácter exhaustivo. Fernando de las Ríos destinado en Washington; Pablo de Azcárate, en Londres; Manuel Pedroso en Varsovia y Moscú; Mariano Ruiz Funes, en Varsovia y Bruselas; Luis Jiménez de Asúa en Praga; Luis Araquisuiin, en París; José María Semprún Gurrea, en La Haya; Ricardo Baeza en Santiago de Chile; Cipriano Rivas Cherif en Ginebra, y un largo etcétera.

(3).- Asociaciones de ayuda a los republicanos en el exilio.

(4).- Así lo hace constar en la instancia de readmisión dirigida al Ministro de Asuntos Exteriores Alberto Martín Artajo (26 de diciembre de 1953).

(5).- De esta novela su amigo Luis Buñuel quiso rodar una película.

(6).- "Influencia recíproca de las literaturas francesa y española desde el siglo IX al XIX". Conferencia pronunciada en el Instituto Diplomático Consular de Guatemala el día 28 de septiembre de 1949. Guatemala, 1950.

(7).- "No fue el único que estaba harto de las luchas intestinas entre los republicanos. Max Aub sentía exactamente lo mismo y así lo expuso de forma irónica y maestra en La verdadera historia de la muerte de Francisco Franco. México, 1960". (Nota de Luis Arias González).