Azaña

El lector de los Diarios de Manuel Azaña, que siguen siendo fuentes fundamentales para entender la II República española, conoce bien a Cipriano Rivas Cherif.

El cuñado del entonces presidente del Gobierno (Azaña estaba casado con su hermana pequeña, Lola Rivas) solía acompañar a su ilustre deudo en sus paseos vespertinos cuando don Manuel daba por concluidas sus tareas gubernamentales. Antes de que se le olvidaran hechos y detalles, teniendo frescos los acontecimientos del día, Azaña los iba consignando en sus agendas. Al leer nosotros hoy aquellas notas minuciosas, precisas, escritas con la fluidez y buen gusto del narrador nato y en cuyos párrafos Azaña iba reflejando muchas de sus observaciones, pensamientos y juicios, tampoco deja de asombrarnos cómo, además, era capaz, tras una larga y agotadora jornada intentando gobernar aquella España que no se dejaba regir, de reunir tiempo, ganas y fuerzas para pasear con Cipriano y hablar de literatura, teatro, filosofía o pintura…

Normalmente, cogían el coche de Rivas Cherif y se alejaban unos kilómetros de la capital para pasear por el campo, respirar el aire puro y relajarse disfrutando de su culta conversación. A su vez, Cipriano iba tomando apuntes de cuanto su cuñado Manuel le confiaba. El resultado, en forma de completa, intensa y apasionante biografía, podemos disfrutarlo leyendo Retrato de un desconocido (Vida de Manuel Azaña), extraordinario volumen publicado por el sello Reino de Cordelia y prologado por otro azañista ilustre, el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero.

Rivas Cherif escribió esta obra en prisión, tras ser detenido por la Gestapo y la Policía franquista y permanecer tres meses detenido en la Dirección General de Seguridad, sometido a interrogatorios y torturas. Entre 1941 y 43, del penal de Santa María al del Dueso, fue puliendo y ampliando sus capítulos. Su propósito inicial, tan modesto como él mismo, no era otro que complementar las Memorias políticas y de guerra, escritas por su cuñado, pero acabó escribiendo su magistral biografía. Prohibida en España, no sería publicada, y tan solo parcialmente, hasta 1961.

Por suerte, hemos recuperado este texto fundamental y, con él, el legado vital y político de Manuel Azaña.

Compra “Retrato de un desconocido” en nuestra tienda

Artículo original Juan Bolea https://www.elperiodicodearagon.com/

QUIZÁS TE INTERESE...